al igual q en el otro foro pervertido puse un fic de Bill....ahora pongo uno de Tom!!!
noc si ya lo habran visto! pero es bueno q lo relean es buenisimo!!!_____________________________________________________________________________________
- Tokio Hotel? No me suenan de nada.. – Dijo el portero del hotel.
- Ni a mí.. Además, cuando vienen famosos y eso nos avisan..
- Pues estarán en el Bauzá entonces..
Nos sentamos en el bordillo de la ventana con las esperanzas decayendo por segundos.. Habíamos recorrido media ciudad (con tacones) para nada..
Miré a mi alrededor: en pleno Madrid, con gente que acababa de conocer (al menos en persona), muerta de frío, cansada y con una pancarta bajo el brazo. Y todo para nada.
- Nos vamos?
- Vamos a esperar un poco.. total.. ya que estamos..
Por lo menos la firma de discos había sido perfecta. Aquella sonrisa y aquél guiño de ojo seguido por un “danke schön” de Georg.. Aquella mirada y aquella sonrisa seguida de otro dulce “danke schön”, esta vez de Tom.. Hacía un rato que había muerto, sobretodo en el momento en el que Georg me acarició levemente al devolverme el permanente..
Tonterías que nada de especial tiene para cualquier persona, pero era más de lo que había esperado de ellos, y para mí sí que significaba mucho..
- Mira! – Me dijo Andrea con los ojos abiertos como platos.
Miré hacia la carretera. Acababan de llegar dos furgonetas con cristales tintados.
- No puede ser.. No es, no? No..
De la furgoneta más alejada salieron los guardaespaldas y se acercaron a la más cercana. Uno de ellos abrió la puerta mientras dos más se pusieron delante de nosotras. Las rastas de Tom se asomaron por la puerta del vehículo. Nos levantamos rápidamente y nos colocamos en la puerta del hotel. Bill adelantó a su hermano.
- Bill! – dije animadamente.
- Hi! - Su sonrisa era amplia y sincera. Tenerlo tan cerca me permitió descubrir que su belleza es totalmente real y su altura, mayor de la que esperaba.
- Georg!! A photo with me, please!! [Georg!! Una foto conmigo, por favor!!] – Me sentía la única fan de las cinco que estábamos allí, sólo me oía a mí misma.
- No, no, no! A photo no! [No, no, no! Una foto no!] - los armarios roperos no estaba por la labor de hacer algo por nosotras.
- Why? Is he made of crystal?? I won’t kill or violate him!! [Por qué? Es de cristal?? No lo voy a matar ni a violar!!] – Fue lo primero que se me ocurrió decir.. Y no supo qué contestarme. Supongo que en el fondo sabía que por una foto no pasaba nada, pero al fin y al cabo no dejaba de ser su trabajo.
Georg le dijo algo en alemán, que, debido a mi torpeza con ese lenguaje, no logré entender. Se acercó a mí sonriendo, se puso a mi lado cogiéndome de la cintura y, con la mano temblando, nos hice la foto, que, efectivamente, salió movida, muy movida.. Pero ya era algo.
- Danke schön! Danke schön!! – Mi voz sonaba temblorosa y él me sonrió mientras se alejaba.
Estaba asimilando lo que acababa de pasar, [sí, necesita asimilación ._.], cuando alguien me cogió de la cintura.
- A photo with me now? [Una foto conmigo ahora?]
Me quedé completamente paralizada al ver a Tom a mi lado. Él se rió al ver mi cara y me ofreció hacer él la foto. Sonreí como pude y esa foto sí salió decente, o, al menos, no movida. Me devolvió la cámara sonriendo y me enseñó un permanente. Pero yo no tenía nada para que me firmase allí mismo. Hizo un gesto de “no pasa nada” y me cogió la mano. Me estremecí al sentir el contacto de su mano suave y caliente en contraste con la baja temperatura de la mía. Me pidió permiso con la mirada y yo asentí. Me firmó ahí y esta vez, cuando me sonrió, lo hizo pícaramente. Miré mi mano: su firma precisa sobre mi piel con un pequeño pero claro 95 debajo. Le miré extrañada y él se llevó un dedo a los labios para que no dijese nada. Me sonrió por última vez y se metió al hotel cerrando todavía el permanente.
- Tom te acaba de poner lo que creo que te acaba de poner? – Me susurró Andrea.
- No lo sé.
Sí, claro que lo sabía. Pero no quería admitirlo. No quería emocionarme por un segundo para luego descubrir que me había tomado el pelo.
Estuvimos allí un rato más, comentándolo todo y tranquilizándonos. Me tapé la mano completamente con la manga del chaquetón. Lo último que me apetecía era que se viera que el mismísimo Tom me había dado “esperanzas”. Y si se enteraban de aquello sólo había dos posibilidades: o me dejaban en ridículo por creer que aquella cifra era algo, o se metían ellas mismas en el hotel. Y ninguna de las dos opciones me tentaba lo más mínimo.
- Bueno, nosotras nos vamos ya. Mañana nos vemos.
Ya sólo quedábamos tres. A los pocos minutos, el padre de la otra chica que quedaba, la vino a buscar y se fue también.
- Vale. Ya estamos solas. Sara, qué piensas hacer?
- No tengo ni idea. Es que no puede ser la habitación..
- Ah, no? Entonces, qué es?
- Una buena forma de reírse de las fans – Le dije con ironía.
- Mira que eres..
- Soy realista. Soy..
- Pesimista.
- Nah.. es sólo que estoy harta de que me den ilusiones para luego quitármelas en un segundo.
- Pues eso, pesimista. Si no vas tú, voy yo.
Me quedé pensándolo por un momento: y si era verdad? No podía irme a mi casa tan tranquila sin, al menos haberlo intentado. Si era mentira le odiaría por mala persona [] Si era verdad.. Si era verdad.. Prefería no pensar lo que podría pasar si fuera verdad.
- Está bien, vamos las dos..
- Las dos? Yo qué pinto allí?
- Pues que no voy a ir sola.. Y si me quiere violar? Eh? Qué hago?
- Estoy segurísima de que no sería una violación precisamente..
- Pues también es verdad. Pero no! Porque a mí el que me gusta es Georg.
- Y claro.. como te gusta Georg, Tom no vale nada..
- No, coño.. tampoco es eso..
- Pues entonces quédate.
- Me van a tomar por grupy..
- Ah, que no lo eres? – me contestó Andrea de forma irónica.
- Hombre..
- Claramente, sí – Y me miró como si no hubiese réplica alguna que le hiciese cambiar de idea.
- No lo soy..
- Sara, si cualquiera de los cuatro se nos pone a tiro, si NOS LO PIDE – dijo recalcando esto último – TODAS caeríamos a sus pies. O me estás diciendo que si Gustav intenta besarte, le apartarías la cara?
- Pues no.. – dije sonriendo.
- Pues eso..
- Pero es que no sé, Andrea.. No estoy muy segura..
- Vale. Pues vete a tu casa. Vete tranquilamente y quédate con la duda para el resto de tu vida..
- Exagerada..
- Vale, pues venga, vámonos..
Si me iba era cierto que me quedaría con la duda, pero si me quedaba..
- Has visto a los dos porteros y al botones? Cómo se supone que tengo que entrar?
- Por la puerta – dijo una tercera voz.
Me giré y vi a uno de los porteros mirándonos. Era moreno, no muy alto y vestía completamente de negro. A diferencia del botones que llevaba un abrigo blanco.
- Quieres entrar o no? – añadió él.
- Claro que quiere entrar – dijo Andrea.
- Esto..
- Cómo te llamas? – me preguntó el hombre.
- Sara.
- Pues Sara, la fregona me ha dicho que te deje pasar.
- La fregona no habla español. – Dije fulminándole ligeramente con la mirada.
- No. Pero inglés sí. Un inglés penoso y preguntándole al del pelo liso con cara de típico alemán bruto, pero inglés era..
- Oye! – Dije como llamándole la atención.
- Quieres entrar?
- Sara, joder, TIENES que entrar..
- Pero, y si es mentira?
- Pues mujer, como tampoco te estás haciendo muchas ilusiones que digamos, pues no pasará nada. Además, sólo lo sé yo – me dijo Andrea.
- Pero es que..
Andrea me cogió del brazo y tiró de mí hacia la puerta.
- Cumple el sueño, tú que puedes, por las que no podemos.
- Espérame.. En cuanto vea que no es su cuarto vuelvo a bajar..
- Sara, sí es su habitación. Yo si quieres espero. .
- Por favor..
- Bueno, vale.. pero vete ya!
La miré mientras me alejaba. No era justo. No era mi sueño.
El portero moreno, el que había hablado con nosotras, me sonrió abriéndome la puerta.
- Eh! Es una de las fans! Por qué le abres? A dónde cree que va? – gritó el segundo portero.
- Tiene permiso.
Aparté el chaquetón de mi mano y la contemplé un segundo. La firma seguía allí, perfecta. Al igual que el 95.
- Quinta planta.. – me susurró el portero aún sonriendo.
Tragué saliva y avancé hacia el ascensor. La gente me miraba. Qué hacía una chica normal y corriente subiendo en el ascensor de un hotel de gran lujo? Apreté el botón con el número cinco y las puertas de cristal se cerraron ante mí.
Fue entonces, sola en el ascensor, cuando me di cuenta de que tenía miedo. Miedo de Tom Kaulitz. Ahora me había planteado la posibilidad de que lo de la habitación fuera verdad, pero no estaba segura de por qué quería que fuera. Y eso era lo que me daba miedo. No estaba segura de querer lo mismo que él, si es que quería lo que yo creía que quería. Pero me sentía obligada a hacerlo. Era una oportunidad que miles de chicas deseaban, yo la tenía en mis manos y no podía desaprovecharla. La puerta del ascensor se abrió. Di un paso y me quedé con un pie ya en la quinta planta y otro aún en el acristalado ascensor, interceptando la puerta.
“Aún puedo irme” – Pensé para mis adentros.
Con un poco de suerte, Andrea me habría esperado y podría irme con ella. Miré hacia abajo.
“De verdad quieres irte?” – me dije a mí misma.
Claro que no. Quería quedarme.
Me giré hacia el pasillo de aquella quinta planta y miré alrededor. La puerta número 95 estaba hacia la izquierda. Comencé a andar. Oí pasos a mis espaldas, procedentes del pasillo de la derecha. No me giré. Sabía de sobra que fuera quien fuese me miraría mal. Y allí estaba. Ante la puerta 95, la puerta de una, al parecer grande, suite. Me miré la mano y comprobé por centésima vez el número. Sí, era el 95. Alcé mi mano para tocar la puerta..
- I had been waiting for you.. [Te he estado esperando..]
Me giré.. Exacto: Tom detrás de mí. Apoyado en la pared. Por lo que deduje que los pasos eran de él.
- Oh.. I.. I.. I can go now if you want.. [ Puedo irme si quieres.. ]
- No, I don’t want it. [ No, no quiero..]
Se acercó a mí hasta ponerse a pocos centímetros. Yo misma podía oír el golpeteo acelerado de mi corazón. Y miles de preguntas se agolpaban en mi cabeza. Tom me miró y me sonrió dulcemente.
- I’m not so good at English.. [ No soy muy bueno con el inglés..]
- Nor am I.. [ Yo tampoco.. ]